¿Por qué existen problemas de esterilidad?

Publicado el 16 marzo 2017|Última actualización el 1 marzo 2023|

La esterilidad es el gran temor que tienen las parejas que desean tener hijos, se calcula que afecta alrededor del 10-15% de parejas en edad fértil.

A diferencia de lo que solemos pensar, el quedarse embarazada no es tan fácil y no basta con tener relaciones sexuales cuando se aproxima el día de la ovulación. La realidad es que la especie humana tiene un bajo poder reproductivo, siendo la posibilidad de embarazo sólo de 18 a 35% por mes en una pareja menor de 35 años y sin ningún factor de infertilidad. Además, a partir de los 35 años la fertilidad de una mujer va disminuyendo notablemente, y su probabilidad de embarazo al mes es de alrededor del 10 % y bajando progresivamente hasta un 5% hacia los 40 años.

Cuando una pareja desea tener un bebé y su búsqueda comienza a desmoronarse, empiezan a aparecer dudas y las palabras como infertilidad o esterilidad se hacen más presentes. Antes de entrar en pánico, recomendamos realizar un estudio de esterilidad a partir de 1 año de relaciones sexuales frecuentes y no protegidas, ya que incluso en condiciones normales podría no ser tan fácil quedarse embarazada en este periodo de tiempo.

A continuación, veamos con más profundidad el mundo de la esterilidad.

Es importante, antes que nada, tener clara la definición de esterilidad y diferenciarla de la infertilidad, ya que a menudo llegan a confundirse. Según la Real Academia Española de la Lengua, estas palabras son sinónimos, pero desde el punto de vista médico es importante diferenciar los conceptos, aunque ambos indiquen dificultades para concebir.

La esterilidad es la incapacidad para concebir después de tener relaciones sexuales habituales sin el uso de métodos anticonceptivos. Por lo tanto, no se consigue fecundar el óvulo y empezar una gestación.

En cambio, la infertilidad es la imposibilidad de finalizar la gestación de forma satisfactoria, es decir, con el nacimiento de un bebé sano. En este caso, cabe la posibilidad de que el óvulo sea fecundado y conseguir un embarazo pero que la gestación no se desarrolle de manera óptima y el feto no llegue a nacer (aborto) o lo haga en estado inerte. Por lo tanto, la esterilidad es uno de los motivos por los que se puede dar la infertilidad.

Se considera que existe un problema de esterilidad o infertilidad cuando no se ha podido tener un hijo vivo, después de un año de mantener relaciones sin la utilización de ningún método anticonceptivo, con la finalidad de procrear.

Dentro de la esterilidad se debe diferenciar entre la primaria y la secundaria. La primera se refiere a los casos en que la pareja nunca ha logrado conseguir el embarazo, y la secundaria es la que se da en aquellas parejas que ya tienen hijos o que tienen antecedentes de uno o varios embarazos, aunque éstos no finalizaran de manera correcta.

Existen varios factores que causan infertilidad o esterilidad en la mujer. La mayoría son irreversibles, pero los relacionados con alteraciones de la anatomía pueden ser solucionados tras una intervención quirúrgica. Se conoce cada vez más que la calidad del óvulo es de importancia crítica y que ésta se relaciona estrechamente con la edad de la mujer. Las mujeres de edad avanzada tienen óvulos de capacidad reducida para la fertilización por varios motivos:

  • Factor ovárico: Incluye todos aquellos casos en que no se produce la ovulación. Suelen deberse a fallos hormonales ya sea por defecto, o por exceso de alguna de los reguladores de la función endocrina: síndrome de ovario poliquístico (SOP), anovulación, insuficiencia ovárica, menopausia precoz.
  • Factor uterino: este caso es mucho más frecuente que cause infertilidad, y no esterilidad. Fundamentalmente son alteraciones de la anatomía interna del útero que pueden ser congénitas o adquiridas y que pueden provocar abortos repetidos: malformaciones uterinas (duplicación parcial o completa del útero, septos); causas adquiridas (pólipo; mioma; sinequia; endometritis)
  • Factor tubárico: se incluyen todas aquellas anomalías de las trompas de Falopio que dificultan el encuentro del óvulo y el espermatozoide: ausencia, impermeabilidad u obstrucción de las trompas, salpingitis.
  • Factor cervical: en este caso, la causa proviene de alteraciones anatómicas y/o funcionales del cuello del útero que interfieren con la correcta migración de los espermatozoides hacia el útero y las trompas de Falopio en su intento de aproximación al óvulo: impermeabilidad del cuello del útero (pólipos, quistes), cirugía previa (conización).
  • Factor genético: anomalías cromosómicas que causan abortos espontáneos.

Algunos de los factores relacionados con la esterilidad masculina son:

  • Factor genético: la mayoría se asocian con anomalías del esperma, ya sea directa o indirectamente: fibrosis quística, anomalías del cariotipo como el síndrome de Klinefelter, translocaciones,…
    En la mayoría de los casos de infertilidad masculina y baja calidad de esperma no hay causas claras que puedan ser identificadas con los métodos de diagnóstico actuales. Se ha especulado que las mutaciones del cromosoma Y pueden ser un factor importante.
  • Factor anatómico: las obstrucciones de los conductos por donde pasa el esperma pueden causar esterilidad al bloquear parcial o totalmente la salida del líquido seminal. Algunas de estas anomalías pueden ser de origen congénito (presentes al nacer) o adquiridas (infecciones, cicatrices tras intervenciones quirúrgicas del tracto urogenital).
  • Factor ambiental: el estilo de vida puede reducir la cantidad y la calidad espermática (tabaco, alcohol, otras drogas).
  • Otros tipos de enfermedades: hay enfermedades que pueden aparecer después del nacimiento y pueden influir en la esterilidad masculina: infección por el virus de la parotiditis (paperas), disfunciones hormonales…
En algunos casos, tanto el hombre como la mujer pueden ser estériles, y las dificultades para concebir en la pareja se presenta como una combinación de estas condiciones. En otros casos, se sospecha que la causa es inmunológica o genética; puede que ambas personas sean independientemente fértiles pero la pareja no puede concebir junta sin asistencia.

En alrededor del 10% de los casos, el estudio básico de esterilidad no muestra anomalías que probablemente estén presentes pero no pueden ser detectadas por los métodos actuales.

Para la prevención de la esterilidad, es importante tomar medidas como: evitar mantener relaciones sexuales sin utilizar protección con parejas no estables, para evitar enfermedades de transmisión sexual y, por tanto, la infertilidad futura; la vacunación contra las paperas; o mantener una dieta, peso y estilo de vida saludables.

Desde Eugin, trabajamos día a día, para poder ayudar a las parejas que sufren este problema y conseguir que puedan llegar a tener hijos combatiendo la esterilidad. Por ello, contamos con un grupo de profesionales y expertos, así como la tecnología más avanzada del sector, con la finalidad de conocer los detalles de la esterilidad y encontrar las mejores soluciones y alternativas para cada caso que se nos presente.

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