¿Puedo ser padre después de una vasectomía?

Publicado el 16 marzo 2017|Última actualización el 1 marzo 2023|

Al igual que con la operación de esterilidad femenina, la ligadura de trompas de Falopio, la vasectomía es una operación que tiene como objetivo el ser definitiva, y que lleva a un hombre a no poder tener hijos de forma natural, y, por lo tanto, a ser estéril. Por ello, es importante ser muy consciente de la decisión y sopesar tanto los pros como los contras de efectuarla.

La vasectomía es un método anticonceptivo muy efectivo, que es complicado de revertir, sólo se podrá hacer mediante otro proceso quirúrgico de mayor envergadura. Los hombres que toman esta decisión es porque tienen muy claro que no desean experimentar la paternidad, o bien porque ya no quieren tener más hijos, y en general, es una decisión tomada conjuntamente con su pareja.

Desde Eugin, lo entendemos y también sabemos lo importante que es poder ayudaros a cumplir vuestro deseo de ser padres posteriormente, ya sea por primera vez o no.

Lo que en el pasado se consideraba un método de esterilización permanente, ahora se puede revertir gracias a los avances médicos y tecnológicos, y hace posible que un hombre vuelva a ser fértil, a través de una cirugía mayor, si bien es una intervención que no siempre consigue su objetivo y requiere un período de espera tras su realización. Además, hay otras opciones a contemplar si un hombre quiere ser padre, pero no quiere volver a pasar por una operación, como, por ejemplo, la fecundación in vitro con biopsia testicular.

Esta última opción es la más habitual en parejas que se encuentran en este tipo de situación, y quieren ser padres, porque de esta manera, pueden tratar de conseguir el embarazo con mayores opciones de éxito.

¿Se puede ser padre después de una vasectomía? ¿Qué opciones hay? Veremos a continuación los inconvenientes y complicaciones que se puedan presentar durante el proceso.

La vasectomía es la técnica contraceptiva masculina más consolidada, definitiva y fiable.

Se trata de una cirugía para cortar los conductos deferentes, que son los conductos que permiten el paso de los espermatozoides desde los testículos hasta la uretra. Después de esta operación, los espermatozoides no pueden salir de los testículos y no se pueden expulsar con la eyaculación, por lo que ese hombre no podrá dejar embarazada a una mujer.

Una vasectomía, por lo general, se realiza utilizando anestesia local y consiste en realizar una pequeña incisión en la parte superior del escroto para poder llegar a ligar y cortar los conductos deferentes. La pequeña herida se cierra con puntos.

Es importante señalar que, tras la realización de la operación, aún quedarán algunos espermatozoides circulando por el líquido seminal, es decir, la esterilización no será total hasta que estos se eliminen o mueran, por lo que las semanas (hasta 3-6 meses) siguientes a la vasectomía aún será necesaria la utilización de otros métodos conceptivos. Habitualmente se realiza pasadas unas semanas un seminograma de control para certificar la eficacia del método.

Algunos datos interesantes sobre este proceso de esterilización masculina son:

  • Es importante tener en cuenta que este método contraceptivo no protege frente a la transmisión de enfermedades de transmisión sexual (ETSs).
  • No afecta a la capacidad sexual de un hombre, puede mantener relaciones sexuales en cuánto se sienta preparado y no habrá ninguna diferencia respecto a antes de la operación.
  • Una vasectomía no aumenta el riesgo de sufrir enfermedades como cáncer de próstata o enfermedad testicular.

La infertilidad inducida por la cirugía de planificación familiar (vasectomía) es un problema relativamente frecuente, ya que las circunstancias de cada persona son un factor cambiante que nos obliga a veces a replantearnos situaciones que antes parecían inamovibles.

La Reproducción Humana es un área muy especializada de la Medicina, que comparte conocimientos de la Ginecología y la Biología de la Reproducción y que, gracias a que ha desarrollado procedimientos para identificar y tratar situaciones de esterilidad a veces complejas, dispone de medios suficientes para solucionar casos en los que, tras haber realizado con anterioridad una vasectomía, el varón se plantea ahora tener un hijo.

Las posibilidades terapéuticas actuales son dos:

  • Fecundación in vitro con ICSI, Inyección intracitoplasmática de espermatozoides recuperados de testículo, epidídimo o conducto deferente.
  • Microcirugía reparadora de la vía seminal (Vasovasostomía).

Los factores determinantes en la elección de una u otra opción terapéutica son, en primer lugar, la edad de la mujer (superior o inferior a 35 años) y la previsión de más de una gestación en un futuro.

En el supuesto de que la edad de la mujer sea superior a los 35 años y/o que la voluntad en el seno de la pareja sea la de no intentar más gestaciones una vez conseguida la primera, se orientaría hacia un tratamiento mediante recuperación quirúrgica de espermatozoides más FIV-ICSI.

En esta opción, el tiempo que transcurre entre la aplicación de la técnica y el posible resultado de gestación es relativamente corto y, en el caso de no desear ninguna otra gestación, no será necesario para la pareja la aplicación de métodos anticonceptivos.

Si lo que se requiere es una repermeabilización de la vía seminal con el objetivo de conseguir una gestación espontánea, la opción adecuada será la reparación microquirúrgica de los deferentes. En este caso, y en el supuesto de que se obtenga un resultado satisfactorio tanto en la presencia, de nuevo, de espermatozoides en el eyaculado como en la consecución de una gestación espontánea, la pareja deberá aplicar medidas anticonceptivas en el caso de no desear una nueva gestación. Además, con esta técnica el tiempo necesario para la comprobación de resultados es más largo, por lo que se desaconseja su aplicación en mujeres de más de 35 años.

En los casos en que después de una vasovasostomía no se consigue el embarazo deseado por persistir la ausencia de espermatozoides en el eyaculado o no ser suficientes para una gestación espontánea, se podrá plantear el uso de técnicas de reproducción asistida (FIV-ICSI).

Consiste en una serie de análisis, determinaciones y pruebas complementarias, que se realizan para conocer la fertilidad teórica de la pareja ante la planificación de un ciclo de FIV-ICSI:

En la mujer

  • Se practica un análisis de sangre, para comprobar que no existan alteraciones hormonales (FSH, LH y estradiol).
  • En el caso de que se piense que puede existir alguna patología endometrial se puede practicar una histeroscopia. Es una exploración del interior de la cavidad uterina que se realiza sin necesidad de anestesia. Permite llegar al diagnóstico de ciertos problemas y proponer el tratamiento más indicado. Si se identifica un mioma o un pólipo, por ejemplo, el tratamiento sería su extirpación, que puede realizarse en el mismo acto quirúrgico, o podría ser necesario programar una intervención posterior.

En el hombre

Al hombre se le practica, mediante anestesia local, una biopsia testicular (tomar una muestra de tejido del testículo), para extraer de aquí los espermatozoides. Esta intervención puede realizarse el mismo día de la FIV-ICSI, en fresco o antes del inicio del ciclo, en este caso la muestra obtenida es criopreservada y se descongela el día de la FIV-ICSI.

En general, los procedimientos que se emplean para tratar estos casos de esterilidad, siempre que no exista ningún problema en la mujer, pretenden obtener una muestra de semen de la calidad suficiente para recuperar los espermatozoides que se emplearán para fertilizar los óvulos de la mujer:

  • Biopsia testicular
  • Microcirugía reparadora de la vía seminal (vasovasostomía)

1.- Biopsia testicular

Se realiza con anestesia local y consiste en obtener una muestra de tejido testicular. Esta muestra se estudia en el microscopio y se identifican y recuperan los espermatozoides, los cuales serán utilizados o congelados para su empleo en la fecundación de los óvulos de la mujer. El número de espermatozoides que se obtienen en la biopsia testicular es siempre insuficiente para practicar la fecundación in vitro si no es realizando la Inyección Intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).

2.- Microcirugía reparadora de la vía seminal (vasovasostomía):

En esta situación, además de la FIV-ICSI, puede plantearse también la opción de una vasovasostomía, una intervención quirúrgica minuciosa que consiste en intentar recanalizar el conducto deferente que fue seccionado durante la vasectomía. Esta técnica se realiza con anestesia local y se emplea magnificación óptica (una lupa quirúrgica), ya que el conducto deferente debe ser reanastomosado de forma perfecta, uniendo los dos cabos. Primero se debe hacer tejido nuevo, eliminando los extremos cicatriciales proximal y distal (los puntos donde se seccionó el deferente) y posteriormente se aproximan y se suturan con hilos muy finos.
Una vez realizada la vasovasostomía debe esperarse un tiempo (varios meses) para poder evaluar el resultado, es decir, que se obtengan espermatozoides en cantidad suficiente en el eyaculado. Si bien aparentemente se trata de una solución sencilla para un caso de vasectomía, la eficacia real de este procedimiento enfrenta ciertos problemas:

  • Aunque no es habitual, no siempre es posible realizar correctamente la vasovasostomía, ya que los extremos del conducto deferente se retraen y pueden quedar muy lejos entre sí.
  • Que la cirugía sea un éxito no garantiza sus resultados, pues no es suficiente con encarar y suturar bien los extremos del conducto deferente, ya que también debe conseguirse que se recupere su capacidad de transportar el líquido seminal, y esto no se puede saber en el momento de la
    intervención. Puede suceder que en el eyaculado no aparezcan espermatozoides.
  • Aunque los dos inconvenientes anteriores se superen con éxito, puede darse el caso de que la cantidad de eyaculado o su concentración de espermatozoides no permitan obtener suficiente material para realizar una inseminación artificial. En esta ocasión se debería recurrir a la FIV-ICSI como en el caso anterior.

Por todo ello, cuando se desea un hijo después de una vasectomía, es actualmente más aconsejable orientarse hacia una FIV-ICSI. En el caso de que el planteamiento sea diferente, es decir, que se desee fundar una nueva familia y tener varios hijos, la opción de la vasovasostomía puede ser una buena alternativa, sobre todo si la mujer es lo suficientemente joven como para prever que su fertilidad todavía pueda conservase durante unos años.

Aunque en el momento de realizarla hay que estar 100% seguros de la decisión para evitar riesgos, la vasectomía es un método anticonceptivo que ofrece grandes ventajas para el hombre, pero también para la mujer. Es un método que, además de su elevada fiabilidad, evita los riesgos que para la mujer implican el uso de otros métodos contraceptivos. Un ejemplo de ello son los efectos adversos de los anticonceptivos orales o la operación de ligadura de trompas, que implica una cirugía de mayor alcance y que puede suponer mayores riesgos y un proceso postoperatorio más lento y doloroso. Además, la vasectomía no tiene ningún efecto en la función sexual masculina. Es más, se puede llegar a disfrutar más las relaciones sexuales, puesto que ya no existe esa preocupación por obtener un embarazo no deseado.

Si necesitas informarte más sobre la posibilidad de ser padre tras una vasectomía, en Eugin estaremos encantados de ayudarte tanto a ti como a tu pareja, con la posibilidad de concebir mediante fecundación in vitro, evitando pasar por procesos quirúrgicos de mayor alcance.

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